¿Quién soy?

¡Buenas!

Me llamo Nieves y soy una de las miles de jóvenes licenciados que luchamos por encontrar nuestro sitio en la sociedad, y sobre todo, en el mercado laboral a través de la reinvención.

En mi caso, me licencié en 2010 en Traducción e Interpretación y desde entonces, salvo por pequeñas incursiones en traducción, me he dedicado de pleno a trabajar en comercio, y por lo tanto De Cara al Público.

De hecho, en las publicaciones a veces se nota hacia donde tiro más. Disculpad los trabajadores del sector de la hostelería si a veces no os veis lo suficientemente representados. Os invito a mandarme un email y una colleja si os sentía abandonados. ; )

Pero basta de mi... Si queréis saber más mi aquí tenéis mi perfil de LinkedIn.


Por fin me decidí a abrir este blog con la intención de echar una mano a todos esos trabajadores de estos sectores que tantas veces que tantas veces se han sentido desamparados ya que se nos enseña cómo tirar una caña pero no cómo reaccionar ante un cliente que nos está faltando al respeto o ante un jefe que nos agobia con indicadores sin saber cómo narices hacer que la cesta media suba. 

Y, además, educar también al cliente que no siempre tiene la razón para que no solo se acuerde de sus derechos sino también de sus deberes. 

Si os habéis leído la introducción al blog (que sé que sí pero por si acaso os dejo un enlace aquí) habréis visto que el porcentaje de población que se dedica a tratar directamente con el público ha ido creciendo durante el último lustro y que la tendencia sigue siendo ascendente. 

Es posible que gracias a la crisis (y será lo único por lo que le dé las gracias a la crisis) estos sectores se estén empezando a valorar y no se nos desestime a los trabajadores automáticamente con frases del estilo de "haber estudiado" sino que como cada vez más jóvenes con estudios estamos a este lado del mostrador, el cliente poco a poco se va haciendo más consciente del papel que él juega y es más capaz de empatizar con aquel que le atiende. 

De hecho, no sé cuántas veces me han dicho: 

"Puff, yo no podría trabajar de cara al público. Lo que tenéis que aguantar..."

Y perdonadme pero es que no creo que eso sea una realidad. Sí claro que de vez en cuando te toca algún cliente que telita pero ¿por qué nos quedamos con ese cliente y no con la clienta que vuelve la semana siguiente a decir lo muchísimo que ha gustado el vestido que la recomendaste? ¿O el cliente que va a comer un día por casualidad y vuelve al mes con toda la familia?

En mi opinión es una cuestión de perspectiva. Y en nuestra mano está disfrutar lo máximo posible del trabajo que nos ha tocado por la situación económica que estamos viviendo o seguir quejándonos hasta el infinito de las injusticias de este mundo.


Antes de despedirme, os invito a que me enviéis todas esas anéctodas divertidas (o no) que os han ocurrido en el trabajo y que son la delicia de las reuniones sociales.

¡Un saludo y gracias por haberos pasado por aquí!

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